Hablo del amor, de esa sensación bonita, maravillosa, espectacular, que nace en el estómago en forma de mariposas y se adueña de todo tu cuerpo.
Existe, caro que si, pero lo añoro, he dejado de creer en él o por lo menos con la grandeza de su mitología. Los tiempos pasados siempre fueron mejores y en el amor también fueron los tiempos pasados los mejores. Hay que ser un adolescente y no entender la vida con raciocinio, creo que hay que tener la mente en cosas intrascendentes y no haber aprendido aún lo cruel que es equivocarse, pienso que el primero es el más grande de todos por lo que descubres, todo lo desconocido que pasa por tu piel y que te deja flotando por las nubes.
Hoy es bonito tener a alguien con quien compartir tus alegrías y con quien despejar tus problemas y con quien rozar tus labios, pero no es comparable con lo bonito de los dieciseis, y aunque muchos pensarán que me equivoco, a mis experiencias me acojo y a las de muchos otros personajes a los que se os nota en la mirada.
Aún así nunca pierdo la esperanza de volver a equivocarme.
